Fue la noche del jueves, cuando al pasar por allí como todos los días, me le acerqué.
Él me observaba analizándome, con precaución. Estaba en la puerta de su casa, como siempre, vigilando y custodiando el fuerte de su familia.
Le extendí finalmente la mano.
Él la olfateó, intentando conocerme, buscando saber quien era. Sus enormes ojos marrones me observaban cautelosamente. Yo mientras observaba su pelaje amarillo y el dibujo que hay en él.
Él la olfateó, intentando conocerme, buscando saber quien era. Sus enormes ojos marrones me observaban cautelosamente. Yo mientras observaba su pelaje amarillo y el dibujo que hay en él.
Cuando estuvo seguro se dejó tocar.
Qué hermoso regalo su confianza!
Qué hermoso regalo su confianza!
La confianza de un animalito tan hermoso como un gato, tan misterioso y tan cautivante, es un gran regalo que hay que agradecer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario