No sos vos, soy yo

Acabo de ver la película de Diego Peretti, Cecilia Dopazo y Soledad Villamil, No sos vos, soy yo.

Estuvo buena, aunque por momentos tiene mucho diálogo y poca acción, haciéndola un tanto aburrida para aquel que va de paso, haciendo zapping. Yo me detuve a verla porque me quedé con las ganas de verla y no sabía que ya la estaban dando en el cine, además Peretti es un gran actor.

La película se centra en el personaje de Peretti, al cual lo deja la mujer por un amigo de su padre, que resultó ser Luis Brandoni. (El padre de ella es Luis Brandoni, aclaremos.)

El tipo queda destrozado. No hace mas que pensar en ella y en la idea de que vuelva, pero con el paso de los días se va dando cuenta de que ella no va a volver, pero para cuando esto sucede, su depresión es tan grande que ya le arruinó varias veces las salidas a una pareja amiga que se lo tiene que bancar, y cansó hasta su propio psicoanalista, que no es otro mas que Marcos Mundstock, el mismo de Les Luthiers.

Se va volviendo paranoico, el sufrimiento que padece lo va llevando lentamente hacia la locura, de la que logra zafar, pero esto es algo de lo que su personaje se da cuenta. En el camino se van cruzando otras mujeres, pero ninguna logra sacarle de la cabeza a su mujer.

Ninguna hasta que llega Cecilia Dopazo.
Estando en una plaza, sentado, observa como los perros pueden resultar un punto de contacto entre la gente. Así ve como un tipo que paseaba un perro se cruza con una chica y el simple hecho de que los perros se olfateen ya da lugar a un diálogo. Él ve esto como un escape luego de un par de fracasos.
Es así como decide ir a comprarse un perro, y cae en la veterinaria de Roly Serrano, otro gran actor, y en la que atiende justamente, el personaje de Cecilia Dopazo.

En realidad él iba por un perro pequeño, que no crezca mucho y macho, pero Roly le quita el cachorro con el que estaba jugando su hijo y se lo vende, y resulta ser un clavo! Hembra y termina siendo gigante! La escena de la veterinaria es muy buena. La peli tiene varias escenas que te pueden sacar mas de una carcajada y esos toques de comedia son el matíz perfecto para que la película resulte buena. Como por ejemplo, cuando se sienta con el cachorrito en la plaza y atrae la atención de niños, ancianos y algún macho, menos de las minas, que era su objetivo.

Cuando ve que el tamaño final del perro, un buen día decide ir a devolverlo, pero Julia, Cecilia Dopazo, lo convence de que no se lo deje...por lo cual decide llevárselo, pero en aquella plaza donde se le ocurrió tan tremenda idea, lo deja atado en un banco y comienza a alejarse. Pero al ver que una mina con un perro igual se detiene ante el suyo, cambia la idea de abandonarlo. Llega se hace el galán, y el perro de la mina quiere...bueno...ya saben, con el suyo, que en realidad era perra.

De esa escena, surgirá otra...el parto. La noche en que su perra tiene cría, decide llamar de nuevo a Julia para que vaya a ayudarlo, y al volver a verla se engancha con ella y un día, sin excusa alguna pasa por la veterinaria y antes de perder el tren, decide invitarla a cenar.

Gran sorpresa cuando ella se aparece en el restaurante chino con un niño, que resulta ser su hijo. Lo cierto es que a esa salida, le siguieron otras. Primero una visita de Javier, Diego Peretti, a la casa de Julia y luego la visita de Julia a su casa, cuando él hace una fiesta en el apartamento que había alquilado recientemente.

La saca afuera y cuando finalmente pasa, cuando se están besando, su amigo le trae el teléfono...su mujer volvía a la mañana...

El la va a buscar al aeropuerto, y la lleva al hospital a ver a su padre, quien finalmente muere. Luego pasan la noche juntos, y cuando el espectador piensa que se cayó la estantería, él la rechaza rotundamente, sabe que nada podrá ser como antes, y la deja ir, volviendo así con Julia.

Hermosa película en contenido...me vi reflejado en ciertas cosas, que darán lugar a una entrada aparte. Proximamente...en su blog amigo.