martes, enero 23, 2007

El "Tatita"

Me traslado a la ciudad de Piriápolis, cuando quizás no era ciudad todavía. Mucha gente ha llegado estos últimos años y Piriápolis ya no es lo que era antes. Pero por aquel entonces, hace unos 10 años, y en aquél balneario donde todos se conocían y todos sabían lo que el otro hacía, quien era y qué era, había una persona muy conocida...Indalecio González, mi padrino, y a quien yo llamaba "el Tata González".


Vivía pegado a lo de mi abuela, era el marido de Zulma, esa señora que alguna vez mencioné y que es como una abuela más para mi. Era jardinero, tenía varios jardines de años, en casas que además cuidaba, ya que en su mayoría eran de argentinos que venían solo en verano. Un señor mayor, de esos de antes, con sus modales intactos. Siempre se lo veía de gorra, tipo boina. Circulaba diariamente por las calles de Piriápolis en su "hondita" roja, la cual frenaba con los pies. Querido por todo el mundo y conocido como González. No fumaba ni bebía alcohol, su único vicio era la Coca Cola, que al mediodía con la bolsita de los mandados iba a buscar al almacén del "Bebe", otro personaje conocido de Piriápolis que tuvo almacén muchos años y que ya falleció.

Él era el que me llevaba al peluquero (un tal Linares en la Avenida Piria), me llevaba a ver los patos algunas tardes a la rambla, cerca del puerto. Yo era para él como un nieto, o el hijo que nunca tuvo. Eso sí...corría para mí, la misma regla que para todo el mundo: No molestar si estaba viendo fútbol! Esa regla iba para todos. El único defecto que tuvo fue haber sido de Peñarol. (Si harán años, que por aquel entonces pasaban el futbol uruguayo por televisión abierta! Qué tiempos aquellos!)
Muchas veces me cuesta recordar su rostro. Yo era chico, el falleció en el 97, hace 10 años...pero no tengo problemas para recordar quien fue. El cáncer lo arrancó de mi vida en diciembre del 97, pero no de mi corazón.

En las tardes piriapolenses, ahora pasa un señor por la calle Talcahuano, en una moto roja, muy parecido a él. Tan parecido es, que la primera vez que lo vi se me puso la piel de gallina. Si mi abuela o Zulma están afuera, él las saluda, como se estilaba en los tiempos de antaño. Por respeto y cordialidad se saludaba a todo el mundo. No sé si es jardinero, pero sería lo único que le faltaría...

Hoy al despertarme lo recordé. No sé si habré soñado con él como algunas veces lo hice, aunque no fueron sueños muy lindos, por lo general me impresionaban un poco, fueron un tanto perturbadores y no sé a que se debe. Pero como hoy pensé en él, decidí dedicarle un post. Es una de esas tantas personas que adornaron mi vida y que se merecen el lugar que ocupan entre mis recuerdos.


Vaya este post para mi querido "Tatita".

(Fotos: Las primeras son de su casa, aunque hoy dista bastante de ser como era, porque Zulma hizo algunas refromas :) lástima que entre ellas sacó su parral, la segunda es la calle Talcahuano...aunque hoy le faltan algunos árboles que la hacían más hermosa.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Viste que lindo cuando se escribe con el corazón!!
Un abrazo
Alfredo

no te olvide en aceptar la invitacion para el blog compartido

Anónimo dijo...

Muy linda historia, Marce.
Viendo la foto de esa calle recordé el pueblo de Junín a 260 km de la Ciudad de Buenos Aires, donde aún viven familiares de mi abuelo paterno. Cuando era chiquita visitabamos seguido ese lugar y hoy guardo recuerdos muy hermosos.
Un beso!